Ciutadans nunca escogió el camino fácil. Desde su nacimiento, contra viento y marea, persiguió la regeneración y convertirse en una tercera vía que arrebatara el poder a las élites de los partidos para devolvérsela a la gente. Desde entonces, nos ilusionó construir un proyecto que superara la partitocracia de cuatro patas: las dos delanteras (PP y PSOE), que se repartían por turnos los nombramientos en la administración y los “colocados” en las empresas públicas desde el Gobierno de España, y las dos traseras (las formaciones nacionalistas de Cataluña y País Vasco) que aprovechaban su situación predominante para manipular a la sociedad en su territorio.

Y llegó la crisis. Nuestros gobernantes, atrincherados en su burbuja, no supieron responder a los problemas más acuciantes. Las leyes siguieron como si no pasara nada, insensibles ante las demandas ciudadanas pero receptivas a los intereses de lobbies (concesionarias de servicios públicos, banca, compañías energéticas…). Pero ya basta. Hemos aprendido de nuestros errores. Y hoy tenemos la gran oportunidad de hacer las reformas que necesita este país para salir de la crisis.

Ahora, como en la transición, hay que apostar por un proyecto para ir a mejor. Y Ciutadans es la palanca de cambio y de soluciones (no de bloque) que puede lograrlo. Lo hemos demostrado en Madrid y en Andalucía. Decían que si se repetían las elecciones desapareceríamos. En cambio, según todas las encuestas, no solo mejoramos sino nos falta un empujoncito para ser la clave de un gobierno que evite unas terceras elecciones. Si conseguimos un 1% más de votos, podremos garantizar un gobierno de cambio, con las manos libres y sin corrupción.

Con ese 1%, Ciutadans garantizará una administración moderna, una justicia despolitizada y una economía productiva que recupere a la clase media y trabajadora, el espinazo de una sociedad democrática. Y en nuestro compromiso incluimos un pacto nacional por la educación que garantice igualdad de oportunidades para todos. Y con el inglés como lengua vehicular en todas las escuelas públicas y concertadas Son propuestas sensatas, no promesas inviables que generan frustración. No se puede engañar a la gente.

Si somos decisivos, prescindiremos de órganos superfluos (como diputaciones o consejos comarcales) para fortalecer a los ayuntamientos, la administración más cercana al ciudadano. Nuestro reto es conseguir que la carrera profesional de un empleado público no dependa de su filiación política. Y las inversiones con dinero público deberán justificarse con un informe de impacto económico-social. Ya no serán una decisión arbitraria del gobierno de turno.

La justicia debe estar al margen de la política. Por eso proponemos que todas las plazas del Poder judicial, también altos cargos, se cubran por concurso y con baremos basados en méritos, capacidad, especialización e idoneidad. También impulsaremos un Pacto de Estado que garantice la independencia y eficacia de la justicia, porque la dotará de los recursos necesarios.

Este país debe recuperar de nuevo a la clase media y trabajadora. Desde Ciutadans apostamos por ayudar a este sector de la población. Los autónomos, corazón de nuestra economía, podrán olvidarse de la cuota mensual. Estarán exentos del pago si no llegan al salario mínimo interprofesional y solo pagarán en función de sus beneficios si están por encima.

C’s es el revulsivo que necesita España para que los viejos partidos se regeneren. Un revulsivo para cambiarlo todo a mejor, pero sin romper nada. Porque nosotros llegaremos a acuerdos si hay un PP (sin Mariano Rajoy) y con el PSOE, que debe escoger entre pactar con los populistas (como en Barcelona), o con los partidos constitucionalistas. Ciutadans no va a entrar en el juego de repartir sillones. Votar a aquellos que no se saben poner de acuerdo es tirar el voto. Digan los que digan, el voto útil es el que permite que haya un gobierno de cambio que convertirá este país en algo mejor. El voto útil es C’s.

José Luís Fernández Díaz.

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