El alcaldable de Cs, Adrián Hernández, reclama que sea Serracant quien “pague de su bolsillo la indemnización de 25.000 euros” a la ex jefa de Planificación Urbanística por el caso El Tallaret

8 de mayo de 2019. El alcaldable y portavoz del Grupo Municipal de Ciudadanos (Cs) en el Ayuntamiento de Sabadell, Adrián Hernández, ha pedido “responsabilidades políticas” por la sentencia que condena al consistorio a pagar 25.000 euros a la anterior responsable de Planificación Urbanística por “acoso laboral continuado”. Hernández ha calificado las circunstancias que han motivado la denuncia y el fallo judicial de “muy graves” y ha reclamado que “el alcalde, Maties Serracant (Crida per Sabadell- CUP), dé explicaciones públicas inmediatamente” y que “sea él quien pague la indemnización de su propio bolsillo si la sentencia acaba siendo firme y no todos los ciudadanos”. El Ayuntamiento puede recurrir la decisión judicial ante el Tribunal Superior de Justícia de Catalunya (TSJC).

El titular del Juzgado Social 2 de Sabadell considera que la funcionaria, Maite Morao, fue presionada para que acelerara la cesión de un espacio en Can Balsach al casal popular El Tallaret, pese a que las instalaciones eran de uso deportivo y existían informes técnicos desfavorables. El conflicto empieza en 2015, y posteriormente la denunciante fue relegada de su cargo por el actual gobierno municipal al negarse a avalar la operación. La sentencia afirma que Morao “recibió presiones desde movimientos sociales y políticos cercanos al entorno de la Crida per Sabadell” e incluso apunta a Serracant como propiciador de diversas acciones contra la ex alto cargo que llegó incluso a sufrir caceroladas y actos vandálicos contra su domicilio, según el magistrado.

Adrián Hernández ha recordado que el último pleno municipal ha adjudicado a El Tallaret el espacio en las instalaciones de Can Balsach por un período de 17 años, un tiempo “muy largo para este tipo de operaciones”. El portavoz municipal ha señalado que, como ya afirmó en la sesión plenaria, “esta cesión sigue oliendo a amiguismo político”.