“Dime de qué presumes y te diré de qué careces”

  Eso es precisamente lo que le ha sucedido a nuestra televisión autonómica, TV3, que durante años ha mirado por encima del hombro a otras cadenas al tiempo que encarnaba, muy a sabiendas, la antítesis de lo que buenamente se espera de una televisión pública. Dejando a un lado lo escandaloso de su actual deriva partidista e independentista, una de las obsesiones que ha marcado su trayectoria ha sido y es la de silenciar o, como mucho, relegar a la categoría de anécdota a una parte esencial y mayoritaria de la realidad social y cultural pero, sobre todo, lingüística de Catalunya. Nos referimos, evidentemente, a ese 60% de catalanes castellano hablantes que no tienen cabida en su televisión autonómica por no encajar en el excluyente ideal nacionalista de “una llengua, un país”. Aunque nuestro partido ya ha sido muy crítico con la absoluta falta de imparcialidad y de vocación de servicio público de TV3, desde la Agrupación de C’s de Sabadell queremos denunciar unos hechos muy concretos relacionados con el casting del programa infantil Fish&Chips que dan una idea de la discriminación lingüística que practica dicha cadena y de cómo ésta afecta también a nuestros niños y niñas.
   En el programa Fish&Chips, que se emite los sábados a las 12:15 del mediodía, se ponen a prueba los conocimientos de Inglés de alumnos de 6º de Primaria que compiten en dos equipos representando a sus respectivos colegios. Para ser seleccionados como concursantes los alumnos deben superar un casting que, además de evaluar su nivel de inglés o su desparpajo ante la cámara, les exige que no se comuniquen en castellano ni con el personal de TV3, ni entre los propios niños y niñas en ningún caso. Ésta fue una de las primeras condiciones que se trasladó a los aspirantes de un colegio de nuestra ciudad cuyo alumnado es en un 90% castellano hablante. Cada vez que los niños se expresaban espontáneamente en castellano entre ellos para comentar o celebrar lo bien que les había salido una prueba, las realizadoras del casting  les advertían que debían hablar sólo en catalán. A pesar de los reiterados esfuerzos de las “examinadoras” de TV3, los alumnos seguían utilizando, en ocasiones, su lengua de uso habitual de forma espontánea entre ellos, ajenos al enorme hándicap que ese hecho suponía para la superación de la prueba que llevaban a cabo con la ilusión de poder participar en el concurso.
   Si nos fijamos en qué colegios son finalmente seleccionados para concursar en Fish&Chips nos encontramos, además de un elevadísimo porcentaje de colegios concertados, un denominador común entre todos ellos: la lengua materna y de uso habitual de sus alumnos es siempre el catalán. La conclusión más que evidente que se extrae de esta situación es que TV3 excluye y discrimina no sólo a adultos, sino también a niños y niñas por razón de lengua. Una televisión pública empeñada en reflejar una imagen tan homogénea como ficticia de la sociedad requiere de un minucioso control. La finalidad de ese tupido filtro es reducir prácticamente a cero los riesgos de que la realidad lingüística catalana pudiera salir a la luz y es que, desafortunadamente, el bilingüismo es, a ojos de los nacionalistas, un problema a solventar en lugar de un valor añadido que nos enriquece.
   Es por eso que, ante lo que consideramos una permanente degradación de los principios éticos y democráticos que deberían regir las decisiones de un canal de televisión financiado con nuestros impuestos, no podemos sino denunciar públicamente y con toda contundencia una praxis que vulnera claramente la igualdad de oportunidades de nuestros niños y niñas. Desde C’s, además, seguiremos trabajando para conseguir un modelo de televisión pública que represente a todos los ciudadanos en su pluralidad y no sea un instrumento más al servicio de un proyecto ideológico e identitario determinado; una televisión pública de la cual todos y cada uno de los catalanes y catalanas podamos decir que es #LaNostra.